Para comenzar, suba al teleferico hasta la cima del Monte Isabel de Torres de casi 1,000 metros de altura. Allí, a los pies de una gigantesca estatua de Cristo Redentor (que nos recuerda el Corcovado de Río de Janeiro) se aprecia una vista panoramica y sobrecogedora de la ciudad y sus alrededores. Los aficionados a las compras deben visitar el Centro Artesanal, situado en la base del monumento, donde encontrarán artesanía dominicana.
En el centro de la ciudad llama la atención la influencia del estilo victoriano del siglo pasado en la arquitectura y el diseño. Casitas blancas estilo "gingerbread" adornadas con buganvillas de distintos colores y el gazebo restaurado en el Parque Independencia evocan épocas más líricas.
En el centro de la ciudad se destacan las torres blancas de la iglesia de San Felipe. A pesar de ser una construcción sencilla, la iglesia tiene ese encanto provinciano típico de esta región. Cerca del parque está el Museo del Ambar, espléndida muestra de arquitectura Victoriana, que contiene algunso de los ejemplares más raros de esta piedra semipreciosa.
Otro lugar que debe visitarse es el Fuerte de San Felipe, impresionante mole de piedra que data del siglo XVI. Construido como defensa contra los ataques de piratas ingleses y franceses, hoy el fuerte aloja un museo plectórico de leyendas y de toda clasede objetos relacionados con la historia de la ciudad. Por la noche, la fortaleza está bellísimamente iluminada.
A poca distancia del fuerte podrá ver el Monumento Gregorio Luperón. El General Luperón fue uno de los héroes más grandes de la historia dominicana. En 1879, el general reorganizó el país, encaminándolo hacia un largo período de prosperidad.
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